WASHINGTON, Estados Unidos.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló durante más de una hora con el mandatario de Rusia, Vladimir Putin, sobre la situación en Venezuela. Aunque también tocaron Ucrania, Corea del Norte y un posible “nuevo acuerdo nuclear” que incluiría potencialmente a China, la conversación giró, principalmente, alrededor de la crisis que atraviesa al país caribeño.
Los dos mandatarios hablaron por más de una hora sobre varios asuntos, en la primera conversación que se conoce desde diciembre y desde que comenzaron las tensiones en Venezuela, donde Washington respalda al líder opositor Juan Guaidó y Moscú apoya al presidente, Nicolás Maduro.
Según Trump, que esta vez no usó la agresiva retórica con la que se refirió en ocasiones anteriores a la participación de Moscú en la crisis, fue una “muy buena conversación”. “Él (Putin) no está buscando involucrarse en Venezuela, más allá de que le gustaría que algo positivo sucediera, y yo siento lo mismo”, dijo Trump. Señaló que “le gustaría obtener algo de ayuda humanitaria” para los venezolanos.
A la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, se le preguntó si el Presidente hizo algún progreso para que Putin dejara de apoyar a Maduro. “El Presidente reiteró la necesidad de una transición pacífica y su enfoque a lo largo de la conversación fue la necesidad de ayudar a la gente y asegurarse de que la ayuda llegue a ellos”, dijo a la cadena CNN.
Trump reiteró el jueves, durante una entrevista con Fox News, que todas las opciones siguen estando sobre la mesa. “No quiero decirlo, pero tenemos muchas opciones y algunas de ellas son opciones muy difíciles”, dijo.
Hace un mes, cuando Rusia envió un contingente de fuerzas especiales a Caracas, Trump había dicho a periodistas: “Rusia debe salir”. Ayer, el mandatario estadounidense no mencionó las tropas.
Esta charla se da días después de que un intento de levantamiento liderado por Guaidó no logró atraer a mandos militares clave para la permanencia de Maduro.
El Pentágono
El secretario interino de Defensa de Estados Unidos, Patrick Shanahan, desestimó las preocupaciones sobre posibles lagunas de información de inteligencia acerca de Venezuela, como la situación que precedió a la invasión de Irak, luego de reunirse con funcionarios en el Pentágono para discutir sobre la crisis del país sudamericano.
La estrategia de Trump sobre Venezuela está bajo escrutinio, mientras Maduro sigue en el poder, lo que genera dudas sobre qué debe hacer Guaidó, a quien Estados Unidos y unos 50 países más apoyan como jefe de Estado.
Funcionarios de Estados Unidos, entre ellos el asesor de Seguridad Nacional John Bolton, esperaban deserciones más amplias de militares venezolanos en apoyo de Guaidó después de llamar esta semana a las fuerzas armadas a ayudar a derrocar a Maduro.
“No creo que tengamos vacíos de inteligencia. Creo que contamos con los reportes pertinentes”, dijo Shanahan a periodistas tras una reunión con Bolton; el secretario de Estado, Mike Pompeo; y el jefe del Comando Sur del Ejército, el almirante Craig Faller, quien supervisa las fuerzas de Estados Unidos en América Latina.
“Tenemos fuentes que comprobamos constantemente (...) Me siento muy confiado en la calidad y la precisión de la información que estamos obteniendo”, sostuvo.
A principios de esta semana, Bolton dijo que el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino; el presidente de la Corte Suprema, Maikel Moreno, y el comandante de la guardia presidencial, Iván Rafael Hernández Dala, dijeron a la oposición que Maduro debía ceder el poder a Guaidó.
Sin embargo, ninguno de ellos mostró públicamente sus diferencias con Maduro, e incluso, Padrino estuvo el jueves junto al presidente durante un discurso.
Las preocupaciones recuerdan a las que antecedieron a la invasión a Irak, cuando el presidente George W. Bush y sus principales asesores defendieron la intervención militar citando información de inteligencia que aseguraba que el mandatario iraquí, Saddam Hussein, tenía vínculos con Al Qaeda y que desarrollaba en secreto armas nucleares, químicas y biológicas. Ambas afirmaciones resultaron ser falsas. Bush y sus asesores habían exagerado los datos de inteligencia disponibles, se habían basado en declaraciones de exiliados iraquíes e ignoraron información discrepante. (DPA-Télam-Reuters)